jueves, 6 de marzo de 2008

de lo simple


Ayer estaba hablando con un amigo sobre sistemas de gobiernos y de los dirigentes y me recorde de al excelente novela de Mario vargas Llosala guerra del fin del mundo” hay pocos libros que puedo decir que he leido mas de 10 veces, creo que solo cien años de soledad, absalon absalon y este.
En los dos primeros el estilo era brillante, pero se notaba el estilo en el cual narraban la historia. Lo mas increíble de la guerra del fin del mundo es que su estilo es mas complicado que los dos anteriores y si me apuran mas complicado que rayuela, pero la maestria de vargas llosa se nota en que por mas que uno lea la novela este no se nota.
Parece que no tuviera estilo, tiene la simplicidad que alguien se siente frente a ti, con unos café en la mano y comience a echarnos un cuento. La historia fluye tan sencilla, que nos resulta amena.
Uno de los libros mas con estilo mas complicado es otro de Vargas llosa “conversacion en la catedral” (conocí a un peruano que me dijo que ese bar efectivamente existio) y muchas personas no lo pudieron terminar de leer por eso; su estilo. Sin embargo leyeron la guerra del fin del fin del mundo y no se dieron cuenta de su estilo.
Para mi eso es lo mas complicado, lograr que el estilo no se note.
Que sea una conversación.
Y muy pocos escritores han logrado ese nivel de narración
Carlos Fuentes a pesar de ser el mayor artífice de la palabra en toda nuestra lengua (basta leer la muerte de Artemio cruz para saberlo) no logra ese nivel de simplicidad. Algo tan fluido como el agua. Tan simple que cualquiera puede decir que me voy a sentar y voy a escribir una historia.
Si un escritor logra que el lector puede hacer una historia similar, a logrado todo.
Y no solo en la escritura, una vez vi un dibujo de Picasso, de una mujer vista por detrás, apenas esbozo unas lineas de la cadera, una nalga y parte de las piernas me pareció tan simple que penase en hacer uno para mi.
Gaste hojas y hojas tratando de copiarlo, me detuve en el frenesís y comenze analizarlo, eran apenas 4 líneas continuas, y no pude copiarlo. Le propuse al pana Pancho Quillici, el siempre fue mejor dibujante que yo, que lo copiara, el también pensó que era demasiado fácil, y me dijo que me lo tenia al dia siguiente.
Paso ese día y otro y luego otro, lo llame, pensando que se le habia olvidado del dibujo. Me dijo que le daba pena llamarme, que habia hecho el intento mas de cien veces y no lo había logrado y que jamás pensó que fuese tan complicado.
La simplicidad siempre es mas difícil de encontrar que lo complicado, cualquiera puede ver el arte barroco, pero la simplicidad es mas elusiva, pero mas elegante, nos atrae, pensamos que cualquiera puede hacerla, y quizás por esa cualidad de cercanía, no nos damos cuenta de lo complicado que es, los dibujos de Echer tienen esa misma cualidad, son en extremo complicados, su planeacion tuvo que ser cuidadosamente estudiada, pero cuando vemos el dibujo como un todo nos parece en extremo simple.
La belleza es simple.
Y es por ello que ese libro, la Guerra del fin del mundo tiene esa cualidad, a pesar de los horrores que cuenta.
Y es un libro que hay que volver a leer, cada dia mas Chavez se parece al Consejeiro, y parece que quiere un fin similar al de el.





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